Con el insulto todavía retumbando en sus oídos, María Sanahuja, jueza decana de Barcelona, se niega a bajar al nivel de la directora del Instituto de la Mujer, Rosa María Peris, que anteayer la llamó públicamente "indecente". La mejor respuesta, dice, es reiterar su discurso de forma serena.
--¿Cómo se encaja escuchar que le llamen a uno públicamente "indecente"?
--No es insultándonos como podremos encarar con éxito la búsqueda de soluciones efectivas al problema de la violencia sobre la mujer. Tampoco pidiendo al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que me selle la boca impidiéndome hablar en público. Vuelvo a decir, sin insultar a nadie, que la ley integral de violencia de género se revela ineficaz. Están muriendo más mujeres mientras los hombres son criminalizados de forma masiva. Muchos padecen castigos desproporcionados y, a veces, injustos.
--¿Considera que el Gobierno, en tanto que responsable del Instituto de la Mujer, comparte la descalificación de su presidenta?
-Realmente, no creo que el Gobierno comparta esta descalificación porque está dando muestras de preocupación por la poca efectividad que están demostrando estas medidas, propugnadas por el PP y continuadas por el actual Gobierno. Hay un dato incontestable: en el 2006 han muerto 68 mujeres, ocho más que el año pasado.
--Presentar el libro de José Díaz Herrera El Varón Castrado, que pretende desvelar la situación de la violencia doméstica, le ha vuelto a poner en la picota. ¿Por qué?
--No entiendo por qué. No dije nada que no venga diciendo desde hace tiempo: ineficacia de la ley integral, criminalización masiva de los hombres y, en ocasiones, detenciones sin apenas indicios.
--Y de nuevo a la greña con la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Montserrat Comas. ¿Pueden encontrar una fórmula de trabajo común?
--No solo podríamos sino que deberíamos. Además, considero fundamental que tanto Gobierno como oposición, puesto que comparten la responsabilidad del actual enfoque, se pusieran de acuerdo para modificar políticas legislativas que han demostrado su ineficacia. Y creo que el motivo es que parten de un enfoque maniqueo en el que por ser hombre se es violento y por ser mujer se es débil. Ni todos los hombres son violentos ni todas las mujeres son débiles y necesitan protección.
--¿Por dónde pasaría la solución?
--La clave es la coordinación entre las distintas administraciones para abordar el problema desde el punto de vista multidisciplinar. Nunca me cansaré de decirlo. Trabajo conjunto entre el ámbito sanitario, social, policial y judicial es la fórmula. Si los casos de supuesta violencia doméstica nos llegan por miles al juzgado, es muy difícil acotar qué mujer está en peligro grave. La primera parte de la ley, la realmente interesante, porque aborda la prevención, las dotaciones económicas, la coordinación todavía no se ha desarrollado mientras se aplica a rajatabla el endurecimiento de penas. El Código Penal no soluciona problemas sociales. Para poner un ejemplo claro: es desproporcionado condenar a nueve meses de prisión a un hombre por dar un bofetón a una mujer.
--¿Urge, por lo tanto, una revisión?
--Sí. Si tras una batería de medidas para reducir las muertes en accidente de tráfico, finalmente aumentaran, ¿diríamos que funciona?. Cuanto antes cambiemos esta ley, mejor para la mujer.