ADICC nació como una necesidad social: la de luchar por la igualdad entre personas. Los hombres, discriminados por serlo, se habían encontrado inmersos en una guerra perdida: la igualdad y la custodia compartida para con sus hijos. Se les acusaba de maltratadores, de no querer pasar pensiones. Todo el mundo se olvidó de que eran personas, seres humanos que destilan amor, ternura y mucho sufrimiento. Nosotras como mujeres, también hemos sido discriminadas en muchas ocasiones.