En el varón castrado trata de desvelar las verdades y mentiras de la violencia de género. ¿Cuáles a su juicio son estas verdades y falsedades?
En España, comparado con los países de nuestro entorno, mueren menos mujeres. Sin embargo, desde hace 17 años hasta ahora hemos empezado a tener unas leyes cada vez más duras. La ley del PSOE de 2004 pretende criminalizar al hombre, despojarlo de sus derechos constitucionales de la presunción de inocencia. Han conseguido el efecto contrario al esperado, más mujeres muertas y más hombres que se quitan la vida después de matar a sus parejas al no tener vía de escape con esta ley.
¿Cree que ser hombre en España es políticamente incorrecto?
El hombre está políticamente castrado con esta ley. Cualquier persona que se case ahora tiene el problema que según la Ley de Igualdad tiene que cooperar con su mujer en las tareas domésticas, lo cual me parece muy bien, pero a la hora de un divorcio, la casa pasa a manos de su mujer. Ahora que el 52 por ciento de las mujeres trabajan, es incongruente que siempre se queden con la casa y los hijos. Cuando un hombre va a un juzgado a decir que quiere educar y estar con sus hijos le tratan como si estuviera loco, mandándole al equipo psicosocial.
¿Debería volverse a tipificar el maltrato en el código penal?
Creo que hay que revisarlo todo. Lo primero que convendría hacer es en las situaciones de divorcio que haya igualdad, que no salga siempre el hombre perjudicado y la mujer beneficiada. Además, con la custodia compartida se desincentivarían un montón de conflictos y se provocarían menos muertes de mujeres y de hombres. En el primer año de Ley de Violencia Género se ha detenido a 160.000 hombres sin pruebas y ante sus vecinos. Sin embargo, en nueve de cada 10 casos se demuestra judicialmente que es inocente, pero le queda el estigma de maltratador entre sus vecinos.
Señala que el 90 por ciento son absueltos, pero también es cierto que ha crecido el número de víctimas.
Crece porque la ley es tan rígida que el hombre, en una situación de violencia, se vuelve loco y hace burradas. El año pasado murieron un 58 por ciento de mujeres y 42 por ciento de hombres. El número de víctimas crece pero no todas las víctimas pertenecen a la violencia de género. Hay 10 parejas con más de 64 años y en la mitad de ellos el hombre ha matado a la mujer y luego se ha suicidado él. Eso constituyen casos de eutanasia. También hay extranjeras que mueren en España y se incluyen en las estadísticas, que se están inflando para mantener el negocio por parte de los grupos feministas.
¿Cómo calificaría entonces el movimiento feminista actual español?
Afortunadamente está dividido. Hay unas pocas viejas que siguen con la historia de intentar liberar a la mujer por la vía de meter al hombre en la cárcel, pero la familia es un foco de conflictos donde todos se pelean. Por otra parte, está el movimiento que encabezan María Sanahuja y Empar Pineda que busca la igualdad y no quiere una ley que discrimine al hombre.
¿Cuáles son entonces los efectos de la Ley de Violencia de Género?
Provoca violencia. Si se detiene a los hombres sin razón, se les toma las huellas y se les mete en un fichero de maltratadotes. Cuando vuelven a su barrio con el estigma de ser maltratadotes se vuelven violentos. Eso lo saben los psiquiatras, los psicólogos y la Administración central.
¿Qué papel cree que juegan los medios de comunicación en este asunto?
Está cambiando. Afortunadamente muchos cuestionan la Ley de Violencia de Género que habrá que derogar. Hay que tener en cuenta que el 70 por ciento de los periodistas están separados y saben lo que es este calvario.